Me encontré un vestuario que no era feliz
Quique Setién ha asegurado en una extensa entrevista a Jot Down que ha «perdido todo el interés por entrenar» tras su última experiencia en la temporada 2019-20 en el Barça, donde se encontró un vestuario que no era «feliz», un escenario que no había vivido en sus 40 años ligado al fútbol y que le dejó en «shock» en gran parte por el desconocimiento de «ese nivel».
«Hay muchas cosas que tú no puedes controlar, que es imposible que puedas controlar. Te encuentras un vestuario que no es feliz, no sé si era por la trayectoria, pero no veía un vestuario como el que yo he vivido en la mayor parte de mi trayectoria deportiva», explicó el técnico cántabro, que pese a haber jugado en equipos como el Atlético de Madrid aseguró que su experiencia en Barcelona es «otra cosa».
https://www.jotdown.es/2021/08/quique-setien/
«En teoría, al menos cuando llegamos, todo lo hacíamos bien: allí hay un departamento de estadística y, con respecto a otros cuerpos técnicos, nosotros recuperábamos más balones, creábamos más oportunidades, teníamos más tiempo la pelota… lo que pasa es que al final, después del confinamiento, no lo pudimos mantener«, indicó sobre su corta etapa como barcelonista desde enero del 2020 hasta la cruel derrota por 2-8 ante el Bayern en la Champions.
«Los primeros veinte o veinticinco minutos de partido el equipo está bien ante un equipazo, y hay incluso una oportunidad de ponernos por delante, pero a partir del cuarto gol, el equipo se viene abajo, se derrumba. Se dan cuenta de las limitaciones que tienen, porque nosotros ya sabíamos que el equipo estaba cogido con alfileres«, relató sobre aquel fatídico día en Lisboa.
Durante sus meses en la Ciudad Condal también causó polémica la impetuosa actitud en la banda de su segundo entrenador, Eder Sarabia, especialmente el día del partido en el Bernabeu. «Fui al vestuario, reuní a los capitanes y les pedí disculpas por las formas. La verdad es que ellos no le dieron ninguna importancia, pero el que tuvo que ir a rueda de prensa a dar la cara fui yo», reveló Setién, que anteriormente ya «había advertido varias veces» a Sarabia sobre «controlar los modales».
Setién ya sabía entonces que el club «necesitaba una regeneración tremenda«, pero «no había capacidad, ni siquiera económica, de hacer nada«, lo que derivó en «un estado de cabreo en el equipo tremendo» que se les «llevó por delante«. Un desenlace que también fue abrupto para el técnico. «A mí no me dijeron nunca que no seguía. Le escuché al presidente por la televisión hacer un comunicado«,
«A los cuarenta días recibí una carta de despido porque se cumplían los plazos y ahí ya puse una denuncia que está en el juzgado a la espera de que comience el juicio«, relató sobre una situación que no ha cambiado con la llegada de la nueva directiva: «(El vicepresidente) me estuvo intentando volver a convencer de que les perdonara el dinero y volví a decir que no. Estuvo muy simpático conmigo y tal, y después de tres o cuatro conversaciones en un mes, me dijo: «Bueno, mañana te paso una oferta». Y hasta hoy. Han pasado dos meses«.
